mi carrera cargada de agonía,
mi querer revivir tu boca fria
con mi boca de rabia talibana.
Clavada en el vacío tu mirada,
un hálito de frío desmembrado
me trepó como un virus desatado
de diminutas lunas desgarradas.
Incrédula, agarrada a tu cabeza
vi algo irremediablemente duro
en el centro de tu pupila oscuro
y ese amor desmedido, ésa rareza
que brilló tantos años sobre el tedio
se perdió aquélla noche sin remedio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario