
Para tristezas, tu boca,
seca, de arena,
tus grandes ojos fijos desangelados,
y tu entierro, y el mío.
-Sólo la pena
de nuestro lado-.
Para firmeza pura
la de mis manos,
laboriosas de vida
por no pensarte,
desesperanza peina
lo cotidiano
por no olvidarte.
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