sábado, 24 de noviembre de 2012

HONDURAS DE ABANICO

 
 
Y la arena me llama, minúsculo lamento
por cada cristalito de arena que mastico,
y las algas me esperan, y me musita el viento
honduras de abanico.

En la palmera sola, en la duna desnuda
por siempre acariciada por soplos solitarios,
en el sol incendiado, en la piel que se muda,
está mi epistolario.

Cartas ebrias de luna aromas y mareas,
amores contrariados, marea incandescente,
si, te ocupo y me ocupas, humedad de azalea,
venenosa pendiente,

venenosa por ser narcobeso profundo,
pensamiento sereno con resuelta insistencia.
-En la masa del mar me disuelvo, y me hundo,
para borrar tu ausencia.-

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