Dedicado a los maltratadores de seres indefensos, sea cual sea su especie
Que me hierva la sangre ante los indecentesexplotando en mi boca los vómitos oscuros
para estos miserables, de minúsculas mentes
y corazones duros.
Qué distante me siento de la gente vacía,
vacía de nobleza, llena de podredumbre,
en sus vulgares tronos reyezuelos de día
trepados a su cumbre
de noche son gusanos, que en retirada dejan
un rastro maloliente hacia su madriguera,
y que ante su reflejo, estúpidos festejan
su propia calavera
Ah! ésa gente maldita de oscuras mezquindades,
de vulgar apariencia, y de mirada esquiva,
que canta su sapiencia y exhibe necedades
con actitud altiva.
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