sábado, 24 de noviembre de 2012

EL HOMBRE

 
Dedicado a los maltratadores de seres indefensos, sea cual sea su especie
Que me hierva la sangre ante los indecentes
explotando en mi boca los vómitos oscuros
para estos miserables, de minúsculas mentes
y corazones duros.


Qué distante me siento de la gente vacía,
vacía de nobleza, llena de podredumbre,
en sus vulgares tronos reyezuelos de día
trepados a su cumbre

de noche son gusanos, que en retirada dejan
un rastro maloliente hacia su madriguera,
y que ante su reflejo, estúpidos festejan
su propia calavera

Ah! ésa gente maldita de oscuras mezquindades,
de vulgar apariencia, y de mirada esquiva,
que canta su sapiencia y exhibe necedades
con actitud altiva.

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