y se ha puesto a cavar donde escondía
mis razones, mi voto a mano alzada,
y mi última alegría,
ya se ha puesto a cavar, a dentelladas,
con la inquina de un pobre moribundo
que desdeña la vida, y a patadas
va esparciendo su espanto por el mundo,
ha regresado así, como ese viento
que presagia una boca de tormenta.
Ha regresado y ha tomado asiento,
-mas cerca de la cuenta-
y qué será de mí? la pobre idiota,
bajo el estiércol y sin alzar la voz,
a ratos recompuesta, a ratos rota
impávida frente al lobo feroz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario