sábado, 3 de enero de 2015

URNAS

Urna funeraria


Tu pasaste hace años y arrasaste con todo,
con mi paz, con mi sueño, y sin tocarme apenas
exprimiste mi alma complaciente, y mis venas
se elevaron al mar, se me me alzaron del lodo.

No pisaba la tierra, mis pies eran alados,
todo el tiempo era nuestro en dos tazas vacías,
tu mirándolo todo, todo lo detenías,
me quedé con tus ojos para siempre atrapados.

Te descubrí despacio: ése pligue en tu frente,
sobre tu ceño grave tu risa luminosa,
tu desgarbado cuerpo de boca silenciosa,
tu angélica ironía de hombre inteligente.

Separamos caminos , levantamos fronteras,
nos perdimos la pista salvo encuentros fugaces.
-Donde no ha habido guerras no pueden haber paces-
sólo ha habido un quemarse cada uno en su hoguera.

Han pasado mil años, yo diría mil vidas,
ahora tu boca huraña esquiva las miradas,
distanciado y hostil, las luces apagadas
escondido y difunto en tu oscura guarida.

Has elegido mal, lo sé porque te quiero
y siempre te he querido, febril y resistente
a la tosca mirada, al veneno potente
que te tiene aturdido dentro del aguacero.

Aprendí a resignarme al vacío absoluto,
los años dibujaron surcos en la memoria,
y crecieron los hijos producto de la historia
que nunca compartimos, mas que vistiendo luto,

ese luto que viste las almas taciturnas
de los no amanecidos, los que no arriesgan nada,
los que miran la vida con la boca cerrada
dejando las pasiones en funerarias urnas.




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