
Besos hospitalarios, algodones,
vendas a corazones rencorosos,
palabras reposadas a miedosos,
analgesia de urgencia en los cajones.
Amores en el labio repartidos
a poetas enfermos de cordura,
la respuesta a sus versos, atadura
para los corazones divididos.
Que huyan los silencios con la orden
dedicada a las bocas y los dedos
para que las palabras se desborden,
así podré acudir con las recetas
a conjurar tristezas en los ruedos
con el estoque de curar poetas.
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