La
Habana de mis sueños que me moja,
corazón palpitante que me
como,
que malvive sobre un cuchillo romo.
Cuba de mi alegría y mi congoja.
Ese Hotel Nacional, ese Ché en hierro,
mulatos, mercadillo y dignidades,
siempre fuiste pasión de mis verdades,
altivos de Fidel hasta los perros.
La belleza del malecón dormido,
el cielo rosa dueño de la aurora
que cubre mi mirada escrutadora
como el manto de un dios aparecido.
Suena el son de pintores y albañiles
que restauran mansiones coloniales,
mientras pongo tiritas a tus males
me derrito en tus calles sin misiles.
Habana azul y rosa, siempre mía
estoy atada a ti ,y aún sin tenerte,
-sopa de mar, santera de mi suerte-,
vivo en tu verdinegra letanía.
Y quiero regresar, como quisiera
regresar a un amor agazapado,
y apurando mi paso hasta el Vedado,
quiero ser mulata y habanera.
a las cinco,Plaza Vieja,colegiales,
jardines misteriosos de oro y agua,
la santera del puro y de la enagua
Fortaleza de Morro, soportales...
Luciérnaga en un mundo oscurecido
magnética y febril, devoradora,
por regresar a tí, cuento las horas.
Cuba siempre, como un faro encendido.
(La Habana 2006)